Orígenes de la teoría de la evolución 6

La teoría fantástica 6 – Ernst Haeckel

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La teoría fantástica (o cómo se creó el mito de la evolución) documental de los doctores Antonio R. Martínez, Santiago Escuain, Alejandro García y Ramón Gómez. Producido por Altoconcept

“Ocasionalmente se topaba con la verdad, pero se levantaba apresuradamente y proseguía como si nada hubiese pasado”

-Winston S. Churchill

A pesar de no tener un mecanismo evolutivo, la teoría de Darwin iría poco a poco ganando peso, terreno y… adeptos. Sin embargo, la popularidad de Darwin no se podría entender sin Thomas Huxley, quien no solo defendería a muerte la teoría de Darwin, sino que además catapultaría a Darwin al estrellato. Por otro lado, el Alemán Ernst Haeckel, quien pasaría a la historia por sus numerosos escándalos, sería otro de los grandes defensores del darwinismo.

En Haeckel encontramos un impulso imparable. Se convirtió en el bulldog de Darwin en Alemania, como Thomas Huxley lo era en Inglaterra, y difundió por todos los medios la tesis evolucionista.

Él para apoyar la teoría de la evolución dibujó los embriones de distintas especies y los comparaba entre sí y postulaba que los embriones iban por diferentes etapas que de alguna manera calcaban o reflejaban cual había sido la evolución de estos organismos. Por ejemplo, sobre el hombre explicaba de cómo había ido a través de una etapa anfibia o de pez que tenía unas hendiduras en la parte inferior de la cabeza que representaban las agallas. Esto se ha demostrado que es totalmente falso, que no tiene nada que ver con el organismo de respiración, sin embargo los dibujos de Haeckel todavía aparecen en los libros de texto.

Yo, esa tesis la he oído hasta veinte-treinta años atrás, planteada totalmente confiada por profesores de biología, que yo realmente nunca la entendí, ni de jovencito. Pero es que además cuando uno compara objetivamente embriones reales con las planchas de Haeckel uno ve que realmente las retocó hasta el punto de la falsificación.

Además, el ideario evolucionista de Haeckel le llevaría a concluir que la aniquilación de un bebe inválido o un discapacitado era un deber justificado. Haeckel declararía lo siguiente:

“Que gran cantidad de problemas y tristezas para sus familias, ¡y qué gran gasto privado y público! Cuanto de este dolor y gasto nos ahorraríamos si la gente se convenciera a sí misma de liberar de sus indescriptibles pesadillas lo incurable con una dosis de morfina.”

Por si fuera poco, Haeckel sería una de las tantas personas educadas de la época que creían en el poligenismo; en otras palabras, el hombre blanco procedía de una raza distinta a la de los negros, la cual era más primitiva y cercana a los simios. No es de extrañar, por tanto, que Haeckel fuera uno de los primeros en hablar claramente sobre la cuestión judía. Así, este naturalista alemán se involucraría de lleno en la política, y sería de gran influencia sobre la posterior aparición de la ideología nazi.

Otro de los grandes logros de Haeckel sería con el eslabón perdido; el cual, según él, no se encontraría en África —como creía Darwin— sino en Asia. Haeckel, convencido de su hipótesis, mandaría dibujar el tan ansiado lazo entre el mono y el hombre: el Pitecantropus alalus.

Que significa “el hombre simio sin voz”. Haeckel fue muy ridiculizado por muchos colegas por este cuadro, porque claro, imponía su imaginación en lugar de explicar datos que se encontraban, se inventaba datos que no existían, con la esperanza de que se tenían que encontrar, porque como la evolución era cierta se tenía que encontrar el puente entre los simios y los hombres; tenía que existir.

Continuará…

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