Serie Testimonios

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11 - Los niños de la barriga hinchada.

Segundo Piso. Serie testimonios. #11
Idioma: Español
Fecha de inicio: 24/11/2022
Última actualización: 05/05/24, a las 15:05
Estado: Falta publicar
Imagen: @ Science leads to God

Vídeo 11 (publicado)

Fecha de estreno: 1 dic 2022

Queridos colaboradores: este vídeo núm. 11 de la serie testimonios ya ha sido publicado, con vuestra colaboración.

Se trata de la experiencia pasada por Josep entre los niños pobres al sur del Sahara, en la región desértica llamada Sahel, en Níger, uno de los países considerados más subdesarrollados de la tierra.

EEStad a tentos a los próximos vídeos del proyecto. ¡No dejéis de aportar vuestro grano de arena! Podéis comentar en el grupo principal de Telegram.

¿Quién se apunta a traducir el texto al portugués y al francés?

¿Te apuntas a transcribir el audio al portugués? ¿Y al francés? Sólo hace falta que lo digas en el grupo de Telegram. Eso sí: máximo de plazo, una semana a partir de hoy.

Nuestro colaborador Ezir ha convertido el audio en texto. Aquí lo podrás leer. Hace falta acabar de pulir, pues hemos copiado aquí el texto tal como ha salido del programa

Con eso, Jasiana puede abrir un documento en el google docs y Felipe Caum puede empezar el trabajo de traducciones con el grupo 'SLG - TRADUCCIÓN Google' en Telegram.

Los niños de las barrigas hinchadas.

Niños occidentales con riquezas materiales pero estresados y tristes, depresivos.
Niños africanos pobres, con la barriga hinchada pero alegres. ¿Quien es más feliz? Estamos de acuerdo que las cosas no son así, tan simples. La realidad es mucho más compleja. Pero en esta experiencia de Josep -experiencia de primera mano, primero como profesor de niños en Barcelona y, segundo, como viajante nómada en Níger- las cosas se hacen más concretas y más fáciles de comprender. ¿Cuál es el secreto de la riqueza? ¿Cuál es la verdadera riqueza del ser humano? ¿Aquello que tiene, su casa, su ropa, su coche? ¿O es más importante aquello que es, en esencia? ¿Qué es más importante el tener o el ser? Para Josep, como expone en este vídeo 11, la riqueza en definitiva no está en la cantidad de cosas que tengas sino en la tranquilidad de espíritu que te da las cosas que tienes porque puedes tenerlo todo y ser insatisfecho como ocurre con grandes millonarios de este mundo. Personas malvadas, mentes corruptas. Pues la riqueza está en agradecer, a Dios, por lo que tienes. Para ti ¿cuál es el secreto de la riqueza?

TRANSCRIPCIÓN DEL VÍDEO

Poco a poco fuimos saliendo del desierto y llegamos a la frontera de Argelia con Niger. Creo que se llama In Guezzam, o algo así. Creo que es In Guezzam, sí.

Fuimos saliendo del Sahara, muy seco, arena, y fuimos entrando en aquella zona llamada del Sahel.

Fuimos entrando en aquellas poblaciones ya más cerca del río Níger. Es un río muy, muy pobre, en el sentido de que es muy poco fértil. A pocos kilómetros del río, la tierra está seca. Aquella tierra que se resquebraja. El río solo fertiliza lo que está muy cerca del río.

Entonces, desde aquellos lugares típicos de aquellos niños de las barrigas hinchadas, aquella pobreza que nosotros vemos en los reportajes de África y de hecho ocurrió que, con nosotros, iba un periodista que hizo bastantes fotos, hizo un artículo y lo mandó para un periódico importante que todavía existe hoy en Barcelona, "el periódico de Cataluña", pero fue muy interesante porque, llegando en uno de estos poblados muy pobres, me hice amigo de unos niños, aquellos típicos niños de la barriga hinchada, en un poblado muy pobre.

Como conté, yo estaba bastante aislado del grupo, en mis pensamientos, mis razonamientos, lo escribía todo, dormía fuera de la furgoneta... Yo intentaba, en realidad, conocer a las personas, no simplemente una foto, una cosa lejana, sino conversando con ellos.

Y me hice amigo de unos niños, los típicos niños de la barriga hinchada, en un poblado muy, muy pobre.

Me acuerdo que ellos me explicaron que, en el río, era muy divertido. Entonces yo dije: ¡Vale, vamos! Y ellos, muy respetuosos, muy solemnes, dijeron: Tenemos que pedir al abuelo.

Y yo, que era un profesor, pero un profesor moderno, dije: No, no hace falta. Vamos al río.

Y ellos: -No, no, no, no. Hay que pedir permiso.

Yo dije, bueno, me preocupé un poco porque pensé: A lo mejor, no les dejan ir y me chafan el plan.

Y fuimos a una casa de barro tipo lugar que no había nada nada y había un hombre despido muy simple muy pobre ellos se acercaron a al abuelo con una reverencia y con un respeto me besaron la mano y le pidieron en su idio no sé cuál era el idioma. Y y él, él hablaba un poco en francés, habló conmigo, alguna cosa. Pues a ellos les habló con la lengua indígena y les autorizó a ir al río. Quizá confió en mí. De nuevo por falta de de conocimiento de quien realmente yo era buen profesor pero no era para tener mucha confianza. Aunque yo trabajaba en la escuela de pago, una escuela de clase media, media alta en Barcelona, pero en fin, yo sé quién era yo. Entonces él autorizó y como que les bendijo les impuso la mano en sus cabezas. Les advirtió que fueran con cuidado, se portarán bien, pero los bendijo. Como que Dios les iba a guardar, ¿No? Yo entendí esto. Y esto me sorprendió porque vi que era algo que ellos hacían de una forma muy vivida, era algo que ellos creían realmente y tengo que decir que ese respeto me admiro, me llamó mucho la atención porque mis alumnos, por ejemplo, que yo había dejado hacía pocos meses eran muy desobedientes, eran muy rebeldes, estoy hablando de los años ochenta. Y eran niños, mis alumnos, que tenían de todo hace media, media, alta en Barcelona. Una buena escuela de pago. Entonces, desde el punto de vista económico, material, físico era muchísimo mejor mis antiguos alumnos que aquellos niños africanos Yo diría que incluso tú te estás extrañando de que yo esté haciendo esta comparación. Porque es evidente que sí. Seguro. Lo que yo sentí. No es lo que tú o yo podemos sentir en el momento mmm distante de ver una fotografía en un periódico en una en un documental, en una revista europea, en que queda claro que pobres los africanos. Y qué bien que estamos nosotros los europeos. Yo tuve la oportunidad de estar con ellos. Fuimos al río, fue a una fiesta. Había unas palmeras allí había muchos murciélagos que estaban allí arriba, colgados, todos quietos, pero al llegar ellos con una puntería tremenda apuntaban y tocaban arriba en el lugar exacto y conseguían que de forma que se originaba una invasión de murciélagos. Que iban volando en medio nuestro. Y los niños con aquella alegría. Yo miraba sus ojos. Había alegría. Había esperanza. Había vida. No había inquietud. No había miseria. No había angustia. Cómo nos quieren hacer creer? No. Yo les comparaba a mis alumnos, todos insatisfechos, desagradecidos. Pobres, yo muchos de ellos después he tenido amistad. Y no digo nada, incluso tengo familia que han sido profesores pero lo que yo viví era todo lo contrario a lo que la propaganda me había influido a pensar respecto a estos niños, pobres, africanos este fue y quizás si tú has viajado dado cuenta de esto? Es uno de los motivos por los que vale la pena viajar. Aunque viajar es peligroso también. Cuidado es una cosa así tan simple. Pero lo que está claro es que una cosa es la versión que tú puedes haber visto en la película o en un telediario por la tele o incluso en un libro universitario, revistas, periódicos, etcétera. Una cosa es esto que está filtrado por una mente occidental y otra cosa es tú situarte a mi medio y ver tú las cosas. Y juzgar tú las cosas. Tú mismo hacer una valoración de las cosas eso es lo que durante muchas circunstancias que no voy a tener tiempo de narrarte pero fue una constante y esto lo dejé escrito eh esta sorpresa que me causó la realidad tan diferente de la explicación de la realidad que los periodistas. Yo yo lo viví de una forma que puedo decir especial. Ah, privilegiada. Porque con nosotros había un periodista, hacía las fotografías de los niños con la barriga hinchada. Hacía un artículo muy sensiblero y lo publicaba en un en el periódico entonces era un reportaje de este tipo. Pero un momento. Yo jugaba con los niños. Yo reía con los niños. Yo me emocionaba con los murciélagos. Yo veía a los niños que tenían hambre. Arrancaban unas plantas y la parte de abajo ellos me explicaron, me enseñaron la parte de abajo, de la raíz era muy tierna y ellos comían aquello y esto es lo que acaba dando las barrigas hinchadas pero no había miseria en el sentido exacto de la palabra, no, no había, había respeto sus familias eran equilibradas, había respeto por el abuelo, había respeto por el padre, por la madre, había equilibrio, yo comparaba con mis alumnos, en aquel tiempo, casi todos, familias separadas, problemas gravísimos, los niños principalmente por la falta del padre, hombre muy ocupados, siempre ausentes, madres sufriendo por falta del esposo por falta de padre que les ayudara a cuidar a sus hijos, niños rebeldes niños que me acuerdo que se subieron a las mesas, que gritaban, desobedientes, los intentaba reprender enseguida me llamaba la atención porque muchos de los padres eran pedagogos, eran eran psicólogos, eran sociólogos entonces tenían sus teorías modernas, no se puede reñir, el niño puede tener un trauma, rebeldes, desagradecidos es claro que como niños eran entrañables y no habían perdido esta esencia que los niños tienen en todo lugar del mundo que no han perdido todavía esa riqueza esa esa ternura esa inocencia esa simpatía esta alegría Pero es cierto que aquellos niños de la barriga hinchada eran niños vitales, obedientes, que vivían intensamente, que conservaban aquella pureza que en occidente se fue perdiendo y perdiendo ellos no parecían tener ningún trauma una vida realmente escasa pero es ahí donde poco a poco yo me fui dando cuenta y me gustaría que tú te puedas dar cuenta o reflexionar en esto verificar con tus propios sentimientos que ¿Te has dado cuenta? Que no es la riqueza lo que da la felicidad. Que no es tener un coche último modelo, que no es tener una caja espectacular. Que a última hora la felicidad está en la capacidad de relacionarnos, en la capacidad de entendernos, de amarnos, de la capacidad, de una familia, equilibrada, donde el hombre es hombre, la mujer es mujer y uno ayuda al otro y crían a sus hijos y los hijos están sujetos a ellos, el desobediente. Sin necesidad de ser violentos. Sino simplemente con la mirada de respeto. A baja los ojos para su propio bien.

Que la riqueza en definitiva está no en la cantidad de cosas que tengas sino en la tranquilidad de espíritu que te da las cosas que tienes porque puedes tenerlo todo y ser insatisfecho como ocurre con grandes millonarios, trillonarios de este mundo. Personas malvadas, mentes corruptas.

Mas la riqueza está en agradecer, a Dios, por lo que tienes.

Dios os bendiga a todos.

...

Transcripción del texto

¿Quien se anima a transcribir el texto de este vídeo? El texto transcrito, en español, servirá de base paa empezar a abrir documentos en google.docs para iniciar las traducciones a los otros idiomas del proyecto.

Escríbenos un email a info@scienceleadstogod.org

Continuará...

Producción
El equipo de la Asociación Internacional Science leads to God.

La verdadera Ciencia conduce a Dios

Agradecimento
Estamos muy agradecidos a Dios por haberte dado el interés y la capacidad de colaborar en este proyecto.
Que Dios te bendiga y te ayude en todo.

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