Orígenes de la teoría de la evolución 2

La teoría fantástica 2 – Renacimiento e ilustración

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La teoría fantástica (o cómo se creó el mito de la evolución) documental de los doctores Antonio R. Martínez, Santiago Escuain, Alejandro García y Ramón Gómez. Producido por Altoconcept

El inicio del Renacimiento se puede considerar como el retorno del hombre medieval, que de una manera u otra tenía una concepción del mundo como una revelación que Dios le había dado, a un volver a su pasado greco-romano en el que el hombre era la medida de todas las cosas, en el que todo se tenía que examinar desde una crítica de la propia razón: un humanismo.

En el Renacimiento el hombre vuelve a ser la medida de todas las cosas.

No obstante, este humanismo, centrado prácticamente en el ámbito artístico, daría a luz finalmente a la Ilustración, un movimiento intelectual que a diferencia del Renacimiento abarcaría todas las áreas de conocimiento posible y sería el encargado de divorciar finalmente la fe de la razón.

– Descartes y Cosmología

Sin duda, uno de los primeros y más grandes exponentes de este concepto sería el francés René Descartes, conocido como el padre de la filosofía moderna.

Él fue uno de los pioneros en cuanto a la ilustración en centrar todo en el hombre y que el hombre no debía aceptar ninguna revelación externa sin aplicar la duda metódica y examinar todo desde el mismo principio.

Una de las contribuciones no tan conocidas de Descartes sería en el campo de la cosmología. Descartes, influenciado grandemente por Demócrito, postularía que el universo había sido formado a partir de una sopa de partículas en movimiento la cual habría acabado formando las estrellas. Por su parte, una de estas estrellas se habría ido enfriando y solidificando hasta formar la Tierra. También, gradualmente, se habrían formado luego los océanos y los continentes.

Naturalmente esta idea fue un semillero de otras cosmogonías que fueron ya presentándose.

Cosmogonías que, en algunos casos, parecen ser copias exactas de las hipótesis de Descartes y Demócrito.

Pero, ¿son estas cosmogonías fiables?

Tenemos que tener en cuenta que existen dos tipos de ciencia:

1. La ciencia observacional, la ciencia experimental:

Que es aquella que se basa en la observación y en la experimentación.

2. Pero hay otro tipo de ciencia, la ciencia histórica:

Aquella que intenta, interpretando nuestra observación actual, saber lo que sucedió en el pasado. Los fenómenos que han sucedido en el pasado no se pueden repetir experimentalmente. No podemos observar una creación del universo, ni una formación de la tierra. Y aunque la observáramos no podemos estar seguros de que fue así como se originó nuestro universo y nuestra tierra.

No podemos confiar en aquello que no sea experimental.

– Benoit de Maillet

El hecho es que nunca se ha podido observar, ni demostrar, que un choque caótico de partículas pueda llegar a formar un sistema complejo, como es el caso de un planeta inerte, o mucho más difícil, la vida misma.

No obstante, estas cosmogonías irían avanzando a paso firme en la Europa ilustrada. Además, algunos filósofos y naturalistas de Francia, Alemania e Inglaterra retomarían y desarrollarían las ideas transformistas de los antiguos griegos. Uno de estos sería el francés Benoît de Maillet, uno de los primeros ilustrados en hipotetizar sobre la evolución. A pesar de no creer en el diluvio universal, este naturalista francés postulaba que la tierra había estado en un pasado remoto anegada por agua, y mediante la supuesta recesión gradual y lenta del mismo mar llegaría a estimar que la tierra tenía aproximadamente 2.400 millones de años. De esta forma, según Maillet, los primeros seres vivos habrían sido originados en el agua. Una vez expuestos al aire éstos habrían ido evolucionando y diversificando hasta obtener todas las especies de animales existentes. Como estos seres más primitivos se habrían adaptado para vivir fuera del agua, no se sabe; sin embargo, para Maillet los relatos de seres mitológicos, como sirenas y tritones, serían la evidencia de que el hombre procedía del pez.

– Buffon

Otro de los ilustres en especular sobre el origen de la tierra sería Georges-Louis Leclerc, también conocido como el Conde de Buffon. Este naturalista francés especularía sobre la aparición espontánea de los primeros seres vivos a partir de moléculas orgánicas. Sin embargo, a pesar de estas ideas materialistas, Buffon acabaría por descartar la evolución.

El advirtió que había cambio, en distintos lugares, del mismo tipo de animales que variaban al estar en un sitio o en otro. Quizá de dos pares de felinos, un par grande y un par pequeño, salieron todos los gatos grandes: leones, tigres, panteras; y todos los gatos pequeños; desde el gato montés al gato doméstico, etc. Entonces para él había flujo, pero era un flujo que quedaba dentro de la naturaleza básica de cada tipo de ser.

Efectivamente Buffon tenía razón, los seres vivos varían, pero esas variaciones tienen lugar siempre dentro de un género. Existen muchas variedades de gatos, pero todos son gatos. Existen muchas variedades de perros, pero todos son perros; y ese patrón se repite en toda la naturaleza. Los seres vivos varían, sí, pero dentro de unos límites, los límites que le marca su género.

Irónicamente, Buffon, quien defendía el status quo de las especies, acabaría siendo una de las personas más influyentes en la posterior formulación de la teoría de la evolución.

Ernst Mayr, uno de los más grandes exponentes del neodarwinismo, un personaje clave en la síntesis moderna, él mismo afirma que Buffon no era evolucionista; aunque fue el padre del evolucionismo, dice él, debido a su influencia y al aceptar el cambio, que evidentemente Darwin extrapoló de una manera indefinida, y que Buffon no extrapolaba.

– Lamarck y Cuvier

Quien sí extrapolaría este cambio sería Jean Baptiste Lamarck. Este naturalista francés, quien irónicamente había sido pupilo de Buffon, acabaría siendo uno de los más grandes evolucionistas de la época.

Lamarck tenía un afán por hacer que la evolución fuese un proceso integral; no era el primero, evidentemente.

La idea esencial del Lamarckismo es que un organismo tiene unas características y estas características las hereda su progenie. En este sentido, el cuello de la jirafa procede de un animal parecido a la cebra que esforzándose por alcanzar las ramas altas de los árboles estiraba su cuello, con lo cual hacía que su cuello se hiciera cada vez más largo y esta característica era heredada por sus descendientes.

De esta manera, según Lamarck, el esfuerzo provocaría un cambio interno que sería heredado por la progenie, y así progresivamente cada jirafa tendría un cuello más alto que el anterior.

No obstante, el Lamarckismo, el cual sigue siendo defendido por algunos evolucionistas, nos plantea una pregunta: ¿por qué los descendientes de las mujeres Padaung, también conocidas como las mujeres de cuello de jirafa, no nacen con cuellos más largos?

¿Por qué los descendientes de las mujeres Padaung no nacen con cuellos más largos?

Por ejemplo, un herrero podría tener un brazo fuertísimo con el que golpeaba contra el yunque, pero su hijo no nacía con un brazo fuerte. Su hijo nacía con los brazos normales de un bebé, ¿no? O sea que esas características adquiridas no se heredaban. Entonces esta teoría quedó descartada.

Otro de los personajes influenciados por Buffon sería Georges Cuvier, quien también irónicamente acabaría siendo un gran crítico de Lamarck.

En aquella época los argumentos de Lamarck no tenían mucho peso y los de Cuvier estaban muy bien articulados como anatomista que era —muy experto—. Y generalmente si le daban un hueso de un animal, él en base de la forma de aquel hueso reconstruía el animal y acertaba.

El entendía muy bien que un organismo es un sistema integral, que no se puede variar una de sus partes indefinidamente.

Un hueso específico de un animal requeriría una revolución de todo el animal a la vez.

Él entendía que tenía que ser todo el organismo que se transformara gradualmente. Eso significa cientos de cambios simultáneos en todos los órganos del individuo. Esto es algo que hoy día no se tiene en cuenta.

Un organismo es un sistema integral, que no puede variar una de sus partes indefinidamente.

Por otro lado, Cuvier llegaría a ser uno de los máximos exponentes del catastrofismo. Según esta idea el mundo habría pasado por varias revoluciones, o catástrofes, que habrían asolado la tierra y llevado a la extinción a muchas especies. La última catástrofe habría acontecido hace unos cinco mil o seis mil años; un evento que Cuvier evitaría relacionar con el Diluvio Universal. Siguiendo el pensamiento ilustrado de la época este naturalista francés llegaría a hipotetizar, en contra del relato bíblico, que la tierra tenía varios millones de años. De esta forma, Cuvier, quien había criticado fuertemente el evolucionismo, acabaría ejerciendo gran influencia sobre el mismo; en especial con un nuevo concepto que el mismo desarrollaría: La Columna Geológica.

Continuará…

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